La Coordinadora de ONGD de Euskadi lamenta que la ayuda oficial al desarrollo se sitúe en un 0,15% en Euskadi y en un 0,38% en Gipuzkoa, a la cola de Europa, muy lejos de la media de la UE (0,5%) y del objetivo del 0,7% establecido en Naciones Unidas.
Este miércoles, 22 de enero de 2025, Irene Molero Gurrutxaga —coordinadora general— e Iñigo Odriozola Beitia —delegado de Gipuzkoa—, participaron en la Comisión de Cultura, Cooperación, Juventud y Deportes de las Juntas Generales de Gipuzkoa en nombre de la Coordinadora de ONGD de Euskadi.
Cuando ha pasado casi un año de la aprobación de la nueva Ley Vasca de Cooperación y Solidaridad, ambos han explicado que la cooperación en Euskadi y Gipuzkoa se encuentra en un contexto diferente al de hace un año, y que los desafíos a los que se enfrenta también son nuevos.
En la comparecencia, Molero y Odriozola han recordado a las instituciones del territorio que el compromiso de destinar un 0,7% del PIB (o, en su defecto, de los presupuestos) a la cooperación para el desarrollo constituye en estos momentos «un mandato legal» en Euskadi, según el artículo 16 de la Ley Vasca de Cooperación y Solidaridad. Sin embargo, a día de hoy, ese gasto se sitúa en el 0,15% en el caso de la CAV, y en torno a un 0,38% en el caso de Gipuzkoa.
«Gipuzkoa, referente en solidaridad y cooperación»
Ante esta situación, han reivindicado que «los compromisos no se limiten a la retórica» y que el trabajo que realizan las ONGD «se reconozca y se defienda, no solo con palabras, sino también con decisiones políticas». En ese sentido, han recordado el acuerdo adoptado por las JJGG de Gipuzkoa el 8 de enero, que instaba a la Diputación Foral de Gipuzkoa a que realice «incrementos paulatinos» de su presupuesto de cooperación, de manera que a final de la legislatura se alcance el 0,7% de su presupuesto total.
«Tanto las instituciones públicas como las entidades sociales debemos reflexionar sobre los desafíos que está exigiendo un mundo en un acentuado proceso de transformaciones. Quizá requiera adaptar las actuales herramientas para adaptar la política vasca de cooperación a esta nueva realidad; también en la Diputación Foral de Gipuzkoa», han comentado.
«El territorio gipuzkoano no es ajeno a esta realidad», han añadido. «Durante años ha sido referente en cuanto a políticas de solidaridad y cooperación se refiere, sobre todo porque es un territorio vivo en activismo y asociacionismo, donde la idiosincrasia es solidaria y emprendedora. Pero advertimos con preocupación un estancamiento en la política, por la falta de compromiso de la institución».
Por otro lado, han subrayado que «una dotación presupuestaria suficiente no solo asegura la financiación de los proyectos, sino también disponer de recursos humanos técnicos suficientes, formación continua del personal, herramientas adecuadas de trabajo y la capacidad de respuesta ante imprevistos».
La Coordinadora de ONGD de Euskadi en datos
La Coordinadora de ONGD de Euskadi nació en el año 1988 y actualmente agrupa a 83 organizaciones no gubernamentales de desarrollo, desplegadas en más de 100 delegaciones en la CAV; 51 de ellas tienen sede en Gipuzkoa. El trabajo de estas ONGD se extiende a través de 839 proyectos (en 2023) a 63 países, y alcanza, de una forma u otra, a más de 3 millones de personas en todo el mundo.
En el año 2023, la base social de las ONGD vascas ascendió a 117.774 personas, incluyendo a las personas que ofrecen apoyo económico, a personas socias y donantes, y a quienes realizan algún tipo de voluntariado.
«Nuestro objetivo es el sueño de conseguir un mundo mejor, a través de una política de cooperación que queremos mejorar constantemente», han reivindicado.