El 80% de las reservas mundiales se encuentra al Este de la República Democrática del Congo. También hay reservas importantes de oro, tantalio, estaño y wolframio; minerales sin los cuales la revolución de las nuevas tecnologías, en especial de la tecnología móvil, no habría sido posible.

Son los llamados minerales en conflicto, ya que numerosos grupos armados violentan la región para hacerse con los yacimientos, y porque con su venta obtienen enormes ingresos que siguen alimentando el conflicto armado. La guerra de la República Democrática del Congo suma más de cinco millones de personas muertas y millones de personas desplazadas.

Además, la República Democrática del Congo tiene las tasas de violencia sexual más altas del planeta. La violencia sexual contra las mujeres se utiliza como arma de guerra para sembrar el terror y expulsar a la población de sus territorios. Más de 200.000 mujeres han sido violadas desde 1998.

Ante esta situación, en 2014 ALBOAN lanzó la campaña Tecnología Libre de Conflicto. El objetivo es promover la demanda de tecnología no “manchada de sangre” mediante una regulación europea que ponga fin al contrabando de minerales. Gracias a la labor de incidencia de una amplia red internacional, en 2017 el Parlamento Europeo aprobó la ley de suministro responsable de minerales, un paso positivo (aunque no definitivo) para asegurar que los ingresos derivados de la importación de minerales en la Unión Europea no financian violaciones de derechos humanos y conflictos armados.

Asimismo, con la campaña tecnología libre de conflicto ALBOAN apoya a las víctimas (personas desplazadas y refugiadas, y mujeres víctimas de violencia sexual) a través del Servicio Jesuita a Refugiados y de organizaciones locales como Synergie des Femmes. Este apoyo incluye atención médica, apoyo psicosocial, formación profesional, y la creación de casas de acogida para mujeres.